A comienzos del pasado mes
de diciembre nos fuimos mis padres y yo a pasar unos días a Valencia y es la
primera vez que fuimos allí.
Antes de llegar a Valencia,
visitamos Arbarracín y nos pareció un pueblo de los más bonitos de España,
porque tenía unas murallas, un castillo, las casas y sus callejuelas antiguas.
Además, probé por primera vez carne de ciervo y me gustó bastante y con algo de
picante le daba un buen sabor (yo no aguanto mucho el picante).
Al llegar a Valencia,
pudimos ver el estadio de fútbol del Valencia F.C. y unos edificios muy chulos.
Tengo que decir que me gusta la ciudad mucho. Es una de esas ciudades que
recomendaría visitar porque os sorprenderá por ejemplo los jardines del Turia
por donde había gente patinando, gente haciendo gimnasia, un parque para los
niños etc etc
También los monumentos, la zona del puerto, de la playa, el mercado, “La ciudad de las artes y de lasciencias”, museos etc etc
En el segundo día, visitamos
el edificio de “Las artes y las ciencias” y aunque había cosas que no
entendíamos nos lo pasamos bastante bien. E incluso, no pudimos verlo todo
porque era muy grande.
En el tercer día, visitamos
el puerto deportivo, el paseo marítimo y no sabía que había gatos en las piedras
que hay al lado. Además, muchas están pintadas y con unos mensajes que alguno
le dedicaría a mi hermana Natalia porque ponía “Te quiero Natalia” J.
En el cuarto día visitamos
por la mañana y por la tarde el acuario. Estaba muy guay pero una pena que no nos
diera tiempo para verlo entero porque era muy grande. Os sorprenderá el cómo
son de grande las morsas y el ruido que hacen al chocar con el agua, como se
mueven, los rugidos… etc
Por la tarde, visitamos el
mercado y una variedad de puestos impresionante. Al lado hay un museo del
mercado en el que se ven planos, materiales, dibujos etc de cómo se construyo
el mercado.
Mi madre cuando la llevamos
a Misa, aprovechamos mi padre y yo a tomar una horchata (yo no soy de horchata)
pero tomé y me pareció buena comparando con la de botella que compramos aquí.
En el viaje de vuelta
paramos en Teruel para no ir directos a Pamplona y así, conocer otro lugar más
antes de volver a casa.
Tengo que contar que cuando
veo una iglesia, tengo ganas de ver cómo
es por dentro y saludar al Señor.
Ah por cierto, en Valencia
cuando fuimos a cenar en un bar, nos sorprendimos como el camarero le daba a la
campana fuerte y decía por ejemplo “Chistorrita de Navarra y con patatitas” y
con su acento sudamericano y por eso nos reíamos.
Hasta pronto.
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