Ayer fui con mis hermanos y
mis padres a ver cómo juega mi padre con su compañero de equipo a padel. Al
principio no sabía si iba a ir o no porque es muy dificil ver la pelota y más
para mí que veo poco. Después me dijeron que mejor fuera con ellos para no
quedarme solo en casa. Por mi parte me pareció buena ida porque así hago un
post sobre otro deporte.
Al llegar a las pistas de
padel, había que esperar porque se tenía que dejar alguna libre para que mi
padre y su compañero pudieran jugar contra su rival.
La espera no fue aburrida
porque estuvimos viendo a unos argentinos que son profesores y son los que
llevaron este deporte de allí a España. Me quedé alucinado de lo fuerte que dan
a la pelota y lo bien que juegan y se notaba lo profesionales que eran.
Cuando mi padre y su
compañero de equipo estuvieron calentando con su adversario antes de empezar,
no sabía que estaban calentando porque me costó ver dos pelotas en el terreno
de juego.
Durante el encuentro, una
amiga de mi madre y mujer del compañero de mi padre, nos estuvo diciendo el
resultado como iba porque no había ningún marcador y porque ella sabe mucho de
padel. Mientras, mis hermanos estaban en otra cosa.
Como tardaba mucho en acabar
el partido y era la hora de cenar, me puse a pensar en la cena porque me gusta
aprovechar lo que ha sobrado y por mi padre, ya que le costaba remontar a los
jóvenes y pensaba que igual le hubiese hecho falta comer un platazo de pasta.De
todas maneras no dejaron de intentar hasta el final aunque tristemente no pudo
ser. Bueno, llegar a la final ya tiene mérito y estoy muy orgulloso de mi
padre.
Para concluir con una
sonrisa os dejo un enlace de un mago sorprendente que tiene mucha gracia, no os
lo perdaís: