Tuvimos suerte en la sala de espera porque no tuve que esperar mucho porque sino me hubiese puesto a leer algo.
Además, cuando la médico me
puso un cristal, noté diferencia y me imagino que calculan así:
Si no ves la tercera letra “C”
entonces el número del cristal o la
gladuación es tres.
Luego, cuando entré en clase
con mi madre, todos me aplaudieron y hasta me gritaron “¡¡Gonzalo, Gonzalo!!” y
un “¡¡Bieeen!!” les vi ilusionados al verme y por haber traído algo hecho con
mi madre (un bizcocho). Mientras, seguía sin ver bien de cerca por las pupilas
dilatadas.
Un rato más tarde, Alicia me
explicó cómo debería cortar el bizcocho porque no tenía claro, o sea meter la
tijera (porque no teníamos cuchillo) y hacer hacía arriba y abajo o clavarla y
hacer sólo una línea recta. Al final me dijo que hiciera hacía arriba y abajo.
Tenía dudas porque era un bizcocho blando
y por encima había azucar glas y por eso me surgió.
Cuando probaron mis
compañeros y profesoras, les gustó y hasta que repitió por ejemplo Fermín porque le gustó mucho.
Por la tarde, no vi nada de
pantalla para cuidarme y porque me había aconsejado Ana por tener las pupilas
dilatadas. Así que me puse a oir la radio pero…. ¡¡me quedé dormido!!
Hacia las cinco tenía que
prepararme para ir a clase de cocina en la O.N.C.E.
Entonces mi madre gritaba,
me buscaba por toda la casa hasta que me pilló dormido. De repente, me movió y
me desperté. “¡¡Que susto me has dado!!”.
En clase de cocina, hicimos
unos macarrones y arroz con leche.
Yo llegué con el arroz y la
leche ya en la cacerola, así que me perdí el inicio, pero otro día ya podré ver
desde el principio.
El jefe nos dio consejos como
por ejemplo, que si partimos chorizo, que las yemas de los dedos estuvieran
escondidos y no entendí por qué, aunque me lo explicó.
Otro consejo fue que es más
fácil de separar la cáscara de un huevo duro si metemos la cacerola en la fregadera
y enfriamos con agua.
Al final, como a todos se
nos olvidó traer taper, nos pusimos a comer lo que habíamos cocinado. Para mí
ya me pareció merienda cena por la hora que era y además me acordé de mi
hermana Natalia porque a esa hora cenan los ingleses (18:00 h).
Cuando llegué a casa, le eché una partida a mi padre al rommy, (le gané yo) estuve con la radio oyendo
los deportes, cené algo y me dormí.
Hasta mañana.