Así que Andoni, mi compañero de trabajo (que es el que me lleva), me llevó al bar donde habíamos quedado para desayunar y yo no desayuné nada porque ya había tomado algo en casa.
Luego, nos metimos en varios coches: Andoni y yo nos
metimos en el de Ion, con Esther y con alguien más.
Yo no conocía nada de nada el sitio así que fue sorpresa
para mí y además, algo diferente que no había probado nunca.
Era un lugar de escalada y de ir de un árbol a otro pero
con casco y con arnés,
eh. Yo con eso se me quitó el miedo de subir.
![]() |
Lugar donde nos poníamos el equipo de seguridad |
Yo iba por las cuerdas como podía y con la ayuda de
Andoni el quitar y poner las cintas de
seguridad porque él eso lo hacía mejor que yo.
Hubo un rato en el que quise poner el pie encima de una
cuerda para avanzar pero como no tengo visión periférica pues se me quedó
colgando pero reaccioné rápido.
A veces iba un poco lanzado (eso me decían mis compañeros
de mí) y como me sentía seguro pues ¿por qué no ver el paisaje hacía el frente
mientras avanzaba hacía la izquierda?. También teníamos algunos vaciles y/o
humor a la vez que avanzabamos.
En el sitio ese había distintos niveles de dificultad y
yo no hice todos porque era complicados para mí. Había compañeros que los
hicieron todos.
Ah y no era sólo escalar y de pasar de un árbol a otro, sino que también probé dos tirolinas una pequeña y más tarde una grande y me gustó más la grande porque podías coger más velocidad.
Se me olvidaba decir que me dio un poco de envidia de
algunos compañeros porque tenían esas cámaras para poder llevar en la cabeza y
me hubiese gustado llevar, aunque reconozco que no grabaría mucho pero un poco
de ilusión si me hace.
Había tramos que costaba más que otros y creo que estaba
subido y yendo por cuerdas desde una altura de 10 metros. A mí no me dio
vértigo mirar hacia abajo porque estaba seguro pero si no tuviera el arnés
quizá tendría miedo porque a veces no sé hasta dónde tengo mis límites.
Al final acabé un poco cansado y con las manos un poco débiles por el esfuerzo, pero satisfecho pero eso sí, tuve un descuido porque dejé la sudadera allá porque como hacía tan bueno decidí dejarla en donde guardan las cosas de los visitantes.
Para terminar el día, nos fuimos a comer a un restaurante
de un amigo de mis jefes y así fue el día especial regalado.
Ah y menos mal que mi compañero Andoni llamó a mi casa
para aclarar que la comida también fue invitación porque me fui sin pagar J
¡¡Muchas gracias, Ion y Patxi por la invitación!!