Una tarde de sol, estuvimos jugando al monopoly mis hermanos
Juan Pablo, Álvaro y yo en una mesa bajo la sombra.
A mí no me van muy bien los negocios, así que mi hermano Álvaro
se aprovechó de mí y me engañó. Rrrrr
Al final como iba perdiendo dinero y no había forma de
mantenerme para seguir jugando, decidí repartir mis cartas y mi dinero y
retirarme.
Luego vi con mis hermanos la primera parte del Italia-Alemania,
que por cierto el equipo “azzurro” parecía otro porque no jugaba como las otras
épocas, o sea jugar al contragolpe y directo, sino que jugaba a dominar el
cuero más que a los alemanes. (Italia 2-1 Alemania).
La segunda parte no la vimos porque estuvimos preparando
todo para dejarlo bonito antes de que viniera David, el novio de mi hermana.
Después de la cena, mis hermanos Juan Pablo, mi padre, Álvaro
y Eduardo comieron una sandia para saber quien era capaz de comérsela toda. Yo
no vi nada porque estaba cansado y me marché a dormir.
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