Ayer mi padre y yo le
acompañamos a mi madre a pasear hasta Cizur Mayor y volver que, por cierto, fue
casi una hora. Yo aguantaba bien, se me
hacía un poco largo el recorrido pero luego me quedé satisfecho después de
haber andado y hecho ejercicio con mis padres. No acabé cansado pero con sed y
un poco de hambre, así que me tomé un bocadillo y un zumo y me supieron a gloria.
Luego le heché un partido a
mi padre en la play y me ganó él (7-8). Lo sorprendente fue que consegui que se
quedará con siete jugadores y con unas cuantas amarillas más pero resulta, que
perdí porque me pilló a la contra y porque para empatarle me puse dos defensas
para jugármela. Al final del partido no me piqué pero no pude parar de reir por
cómo había trascurrido el partido y por el resultado,¡¡¡ ja ja, qué locura!!
Hoy hemos caminado pero el
recorrido era ir a una ermita y volver a casa.
Cuando he estado en la
ermita, me he acordado cuando mi abuela de pequeños nos llevaba a visitar y
rezar un rato. Mi madre me ha recordado una anécdota y nos hemos reído. Fué así: estando un día allí con mi abuela, le dijo a mi hermano Juan Pablo que tenía que ser tan bueno como ese Niño ( el Niño Jesús), después de un rato todos callados, él, con cara de susto, le preguntó: "abuela, ¿ y tengo que estar tan quieto como El?" Ja,Ja
En el trayecto de la vuelta,
mi madre ha rimado despúes de comer unas moras y ha dicho una estrofa tan bonita que mi padre y yo queríamos
poner en el blog pero ella, nos ha dicho que no porque no le había gustado el
rime. Es así: " Parece mentira que un arbusto tan espinoso, dé unos frutos tan sabrosos"
Hasta otra.
Hasta otra.