Ayer por la mañana, fuimos
mis padres y yo a Eunate a pasar el día.
Al aparcar el coche, me
sorprendió que la letra “P” de parking estuviera a baja altura y no más alta.
Al llegar vimos la iglesiade Santa María de Eunate y como estaba cerrada, decidimos andar hasta llegar a una ermita.
Mientras caminábamos, mi
madre nos contaba su infancia y también que estuvimos hablando sobre la edadmedia y la gente pobre que ahora tiene que caminar todos los días mucho rato
para ir al colegio o buscar agua.
El recorrido era bonito
porque había mucho campo a ambos lados del camino y, un silencio, que te quedas
muy a gusto. También porque hay curvas, rectas y cuestas pero eso sí, hay
tramos en los que la gente que va en silla de ruedas o con problemas de movilidad
se sentirán un poco incómodos pero en otros no.
Al llegar a la ermita
después de andar una hora más o menos, la vimos cerrada y como tuvimos que
esperar una hora para poder entrar y ver por dentro, nos pusimos a comer,
mientras mi madre nos leía la historia del San Guillermo y de la Santa Felicia.
También aprovechamos el momento para rezar el Rosario porque es muy importante
(mi madre y yo intentamos rezar todos los días por los enfermos, los políticos,
por los que no creen en Dios, etc). Además, tuvimos suerte con el buen tiempo y
nos pudimos cobijar con la muralla del suave viento. Las vistas eran muy
bonitas. Además, vimos y escuchamos pasar a aves migratorias que iban hacía el
sur.
La ermita de Arnotegui era
pequeña y bonita.
En el camino de vuelta,
estuve aprendiendo a rimar porque me parece una cosa complicada y echamos unas
buenas risas.
Antes de llegar al coche, si
que pudimos entrar por fin a la iglesia de Eunate y era del siglo XII.
Esta experiencia os la
recomiendo a que la hagáis, los que sean de monte y para los que no son, como
nosotros porque hemos acabado cansados.
Que el Señor os acompañe y
os bendiga y la Virgen María os proteja.