Hoy por la tarde, hemos ido
mi padre y yo a la tómbola de Cáritas porque nos gusta comprar los boletos y
probar suerte. Esta vez, la tómbola parecía más pequeña y además había poca
gente.
Para abrir los boletos
tranquilamente tuvimos la buena idea de ir a tomar un chocolate con churros a
la nueva cafetería situada en el mismo Paseo Sarasate.
Me ha sorprendido al ver uno
de los mostradores, llenos de bombones y en el otro de helados. Mmm que buena
pinta tenían.
Después de recoger dos
premios de la tómbola, hemos llevado a “punto limpio” cosas de casa que no nos
servían y así aprovechábamos la tarde.
Ha sido una pena que a mi
padre no le quedase más batería en su móvil porque sino os hubiese puesto en
este post, el cómo van construyendo la noria más grande de Europa. Nunca me he
subido en ella pero no sé si algún día lo haré.
Hasta la próxima.