El otro día, vino mi hermana
Ana con los primos Pablo, Sofía y Gonzalo para pasar la mañana en nuestra casa.
Estuve a gusto y nos reímos
mucho pero a ratos miraba si estaban los tres pequeños en el jardín por si
alguno de ellos se había metido dentro de casa.
Había que controlarles un
poco porque les apetecía sacar más cosas de casa pero Ana y yo nos apañamos
bien para que se entretuvieran con lo que habíamos sacado que eran muchos
juguetes.
A veces me costaba entender
lo que decían pero tiene su gracia el cómo llaman a algunas cosas. También el
humor que ellos ponen con sus frases.
Una de las anécdotas fue que
Gonzalo el pequeño se tiró al agua una vez tenido puestos los manguitos, sin
ningún miedo.
A los tres les gustaba las
colchonetas, a Sofía la rosa, a Pablo la azul y a Gonzalo la verde.
A Gonzalo le costaba
entender que yo me podría llamar como él.
Antes de volver a casa
echaban una carrera para ver quien ganaba en vestir.
Con los que más jugué fue
con Sofía y Pablo en la piscina porque mi tocayo estaba con Ana.
Les encantaba tirar un pato
de peluche, al cual le llamaban “Cuac”, que yo lo recogiese y luego le sacase
toda el agua y yo les decía “que se estaba haciendo pipí” pero ellos me
contestaban (mientras ríen) “No, es agua, ja ja”, lo que intentaba era
asustarles un poco pero nada J.
Por la tarde, fui con mi
padre a una casa de unos primos y mientras él estuvo reunido, yo estuve con mis
primos.
Me lo pase bien pero con un
poco de miedo de que se hicieran daño, ya que a veces veía que se tiraban a la
piscina muy cerca del borde.
Menos mal que estaba yo con
mi tío Hono y otra persona adulta porque sino no sabría qué hacer si hubiese
pasado algo malo.
Pensaba que íbamos a cenar
en casa pero no, cenamos allí y muy bien.
Hasta pronto.