domingo, 19 de abril de 2015

LOS CINCO EN UNA AVENTURA EN CANTABRÍA

La semana pasada, nos cogimos tres días de fiesta y decidimos ir a Cantabria.  Sólo fuimos mi padre, mis hermanos Ana, Eduardo, Álvaro y yo porque éramos los que podíamos ir.

Antes de llegar a nuestro destino, paramos en Suances para comer. Comimos en un buffet pero no era de esos en los que coges lo que quieras y te sirves, sino que permaneces sentado y te van sirviendo conforme vas dejando el plato limpio. Lo mejor es elegir cosas ligeras porque sino te llenas. Además, hay que aprovechar lo mejor de la zona como es el pescado. Estuvo muy bien y nos pusimos “hasta las botas”.  Sobre todo mi padre que repitió jamón ibérico y calamares en su tinta.

Después de comer, visitamos varios lugares bonitos hasta llegar al hotel como por ejemplo, "Comillas".



Al día siguiente, mi hermana y yo nos despertamos con el sonido del gallo porque al lado del hotel había un corral con un gallo y gallinas. No nos despertó a las 6:00 como pensábamos, sino a las 8:45. Nos reímos en el desayuno cuando mi padre dijo “Que era un gallo poco madrugador”. 

Nos cogimos las bicis del hotel prestadas para ir a la playa y cuando vi unos caballos sueltos, me acordé de Jon porque él esta competiendo y le gustan. A mí me parecen bonitos los marrones y los blancos y espero montar alguna vez y dar un paseo. Para llegar a la playa bajamos una super cuesta pero mereció la pena porque era una playa muy bonita y a la que estábamos solos.




Por la tarde, fuimos a Santillana del Mar, y a parte de pasear vimos un museo que trataba sobre las torturas y me dejaron sorprendido el tipo, cómo funcionaban, quién las realizaban y para qué tipo de personas les hacían esas cosas horribles.  Se les hacían a los ladrones y a quienes decían cosas que a la iglesia no le gustaban, esto me chocó porque los cristianos tenemos que dar buen ejemplo y no al revés.

El pueblo era muy bonito y no es accesible para todo el mundo porque eran casas y asfalto de piedra y creo que había escaleras. Me acordé de mis amigos, Fermín, Miguel y Jon.


 En el segundo día, visitamos otro pueblo cercano de Santander y vimos otro pequeño puerto. Veíamos a las gaviotas dar vueltas y volando. A veces nos asustaban porque habían muchas.


 En el último día, estuvimos en Santander y me pareció más bonita que Pamplona, para mi gusto y espero ir en otra ocasión otra vez, ya que nos dejamos cosas por observar porque hay mucho que ver.

Por suerte, en los tres días tuvimos buen tiempo porque como sabéis, en el norte de España suele hacer peor tiempo que en el sur.


Hasta otra, amigos.