Unos
estudiantes de la Universidad de Plymouth han conseguido que cualquier escena
de la película cambie, según cómo se encuentre el público.
Eso es
posible, gracias a unos sensores conectados a un ordenador y a las personas, que
detectan las emociones y la comodidad de los espectadores.
La prueba la
han hecho con unos voluntarios que quisieron ponerse los sensores.
Los sensores detectan:
- El ritmo cardiaco
- La actividad cerebral
- Los cambios musculares
- Y la transpiración
- Antes y durante la película.
Si la escena
es agobiante, automáticamente, se cambia a una más tranquila.
Opinión: Me pare increíble porque no sabía que
fuera posible y tengo esta duda:
¿Cambiaría de
escena lo que sienta la mayoría?